La conocida enfermedad de los lunes por la mañana es un mal que puede afectar a los caballos de cualquier raza y edad.
Recibe distintos nombres; azoturia, miositis postesfuerzo, hemoglobinuria paralítica o rabdomiolisis.

Por la falta de tiempo lo normal es que nuestros caballos solo puedan salir unas cuantas horas el fin de semana, si en este tiempo y tras una semana en completo reposo les exigimos mucho esfuerzo cabe la posibilidad de que contraigan dicho síndrome.

¿EN QUE CONSISTE?

Este síndrome consiste en una afectación del sistema muscular produciéndose una ruptura del músculo esquelético y llevando a graves afectaciones, las cuales pueden quedar en algo benigno como un calambre muscular transitorio o un espasmo, o llegar a un potencial síndrome de rabdomiolisis de mayor gravedad y que debe cogerse a tiempo para poder tener un buen pronóstico.

Los signos que nuestro caballo puede mostrar son;

  1.  Afección de los miembros anteriores, de manera que se moverá de forma rígida, con incluso rechazo a cualquier tipo de movimiento. En función de la gravedad pueden incluso verse postrados con incapacidad para levantarse.
  2.  Sus músculos aparecen rígidos y dolorosos si los palpamos
  3.  Pueden presentar sudoración, agitación y la respiración incrementada.
  4.  En los casos extremos pueden presentar mioglobinuria (es decir, presencia de mioglobina en la orina proporcionándole a ésta una coloración oxidada).

Es importante detectar los síntomas y actuar con prontitud debido al gran dolor que experimentan, la enfermedad puede llevar a un daño renal y grandes desequilibrios en su metabolismo.

TRATAMIENTO:

El tratamiento va encaminado a paliar los síntomas, disminuir el dolor, evitar grandes daños musculares, y reestablecer los desequilibrios.

Cuando un caballo muestra síntomas de padecer esta enfermedad  debe suprimirse el ejercicio y llamar a su veterinario.

¿COMO SE PUEDE PREVENIR?

Si el episodio queda en algo esporádico, como suele ser la mayoría de las veces posiblemente se debe a un ejercicio inadecuado, de modo que la prevención se basa en una correcta programación del entrenamiento, intentar que el caballo se ejercite todos los días, o que descanse los menos posibles y si esto no es viable, que el trabajo que se haga sea de forma gradual, se eviten los trabajos extremos, se use el caminador, o se les de cuerda entre semana… Si los casos son recurrentes y éste primer paso se ha cumplido habría más factores a controlar, tales como la alimentación, las condiciones de manejo y otros métodos complementarios.

© Clínica Equina La Sierra - Izuca Systems

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